Poner una cazuela de barro con agua la noche anterior.
Se precalienta el horno al máximo durante una hora.
Se moja el Cordero un poco, por el lado feo, y se sala con sal mediana.
Se pone en la cazuela de barro el cordero con la piel hacia abajo (lado bonito) y se tiene durante tres cuartos de hora o una hora a 200 grados
Se da la vuelta al cordero, se evalúa si necesita un poco de agua o no. Mojar si se considera necesario la piel y salar. Se vuelve a meter en el horno con el lado de la piel hacía arriba otros tres cuartos de hora o una hora.
Vigilar durante el proceso y añadir o quitar agua durante el asado.
Cuando se ve que la piel está tostado será un momento para sacarlo.
Cortarlo en trozos y servir siempre con un poco del caldo que ha producido.
El agua no debe sobrepasar del fondo de la fuente.
Consejo:
Se dice en Burgos: “El cordero se asa no se cuece”. Cuidado con poner demasiada agua.
Acompañar con una ensalada de escarola con Granada sirve para desengrasar y es un complemento perfecto.